FAM INAUGURA LA SECCIÓN: “LOS GRANDES EVENTOS ATLÉTICOS EN BUENOS AIRES”

Luego de haberse celebrado el primer centenario de La Federación Atlética Metropolitana y del Atletismo Argentino, compartiremos todas las semanas un repaso periodístico sobre los principales torneos internacionales realizados en el ámbito metropolitano
23-10-2020

 

La Federación Atlética Metropolitana (FAM) –que celebró el 4 de julio de 2019 su primer siglo dentro del atletismo argentino- invita a rememorar todas las semanas una serie de informes periodísticos acerca de los torneos internacionales realizados en el ámbito metropolitano a lo largo de su historia, como así también las visitas de las grandes figuras y las hazañas de nuestros deportistas, que les dieron trascendencia y origen a nuestro atletismo contemporáneo, a través de un interesante trabajo logrado por el periodista Luis Vinker, desde el archivo de la institución y complementado con estadísticas de medios periodísticos.

CAPITULO 1 – LAS FIESTAS DEL CENTENARIO

En oportunidad de las celebraciones por el Centenario de la Revolución de Mayo en 1910 se realizaron distintas actividades deportivas. Entre ellas, un torneo internacional de atletismo que incluyó un maratón con la participación de la gran figura de la época, el italiano Dorando Pietri.   

La Argentina organizó los llamados "Juegos Olímpicos del Centenario". Incluyendo ese término (olímpico) ya generaron la primera controversia: el disgusto del titular del COI, Barón Pierre de Coubertin. Manuel Quintana, hijo del ex presidente argentino del período anterior (1904-1906), tenía el rol de "delegado argentino" ante el COI, pero en la sesión de Luxemburgo decidieron excluirlo: no había conseguido que nuestro país participara en los Juegos de Londres -recién se integraría en París, en 1924- y lo responsabilizaron por la inclusión del término "olímpico" en los Juegos del Centenario.

Estos fueron organizados por la Sociedad Sportiva Argentina, una de las tantas entidades patricias de aquellos tiempos y que, en cierto sentido, fue la semilla del COA. La organización de las competiciones quedó para un comité que encabezaba el Barón Antonio de Marchi, un italiano llegado una década antes y casado con una de las hijas del ex presidente Roca. También, fue un hombre de intensa actividad política.  Pero el llamado "comité organizador" incluía a otros que también tendrían altos destinos políticos, como el luego presidente Marcelo T. de Alvear y Manuel Fresco, posterior y controvertido  gobernadores bonaerense.

Utilizando los principales centros deportivos de aquel momento (Gimnasia y Esgrima, Belgrano Athletic y el propio de la Sociedad, donde hoy se encuentra el Campo Argentino de Polo), se programaron los deportes relevantes, encabezados por el atletismo, la natación y la esgrima. Curiosamente, no hubo sitio para el fútbol, ya que para éste se programó la Copa Centenario de la  Revolución de Mayo: en realidad, un triangular con Chile y Uruguay, que sería el antecedente para el Sudamericano del 16, la actual Copa América.

"La comisión organizadora confeccionó un vasto programa de Juegos, solicitando como local apto el Stadium de Palermo de la Sociedad Sportiva Argentina, que fue cedido con amplia generosidad, encargándose la construcción de tribunas con capacidad para 30 mil personas" describió Saraví Riviere en su libro sobre Educación Física.

Si nos concentramos en la actividad atlética, las celebraciones por el Centenario abarcaron el maratón el 24 de mayo y el torneo de pista y campo (29 y 31 del mismo mes). Aunque también debemos mencionar otros dos torneos alusivos, en Rosario y La Plata.

A principios de mes -del 5 al 8- se habían realizado lo que hoy denominaríamos "selectivos", incluyendo también un maratón de 40,2 kilómetros, ganado por Ceferino Legria en 3 horas y 12 minutos.

PISTA Y CAMPO

Las pruebas atléticas se cumplieron el 29 y 31 de mayo de 1910 en la pista de césped. Y convocaron a los mejores valores de aquel momento, precursores de lo que -casi una década más tarde- serían las primeras competencias ya federadas en nuestro país. Nombres como los del lanzador Llobet Cullen alcanzarían a mantenerse en actividad hasta ese tiempo fundacional.

Pero, para el Centenario, el comentario de La Nación indica: "No ha sido brillante para el atletismo nacional. Muy lejos de ello, la delegación chilena, contando con un buen número de competidores, ha sido la verdadera triunfadora. Y así, para nosotros, esta Olimpíada ha sido un verdadero fracaso". Criticó, además, la falta de público, la organización y el estado de la pista: "Se descuidó lo esencial, la pista donde debían realizarse las carreras. Esta no sufrió la más leve transformación. El pasto corto y seco que la cubría en toda su extensión, no fue tocado, exponiéndose a los corredores a cualquier accidente. O en el          mejor de los casos, haciendo que no pudiesen demostrar el verdadero valor de sus fuerzas".

Revisando aquellos resultados uno puede apreciar, a la distancia, la categoría de los triunfos del chileno Rodolfo Hammersley, sin dudas la gran figura de la competición. Sobre todo por su registro en los 100 metros: 10 segundos y 4/5, según las mediciones de entonces.

Hammersley, oriundo de Valparaíso, tenía 26 años y dos temporadas más tarde encabezó la delegación atlética de su país a los Juegos Olímpicos de Estocolmo, aunque no pudo atravesar la fase clasificatoria del salto en alto (con y sin impulso). Según algunas memorias de aquella época, Hammersley pudo ser un firme candidato a medalla, pero llegó lesionado a la cita olímpica en la capital sueca, justo en el año del nacimiento de la IAAF. Junto a Hammersley estaban en esa expedición olímpica otros  nombres que también habían acompañado su aventura de Buenos Aires como Pablo Eitel, Leopoldo Palmas y el mediofondista Francisco Müller.

Además de su victoria en el hectómetro, sobre el césped de la Sociedad Sportiva, Hammersley dominó el salto en largo, con y sin impulso. Y también triunfó en las pruebas de garrocha y salto en alto con impulso, realizadas complementariamente el 1 de junio.  En su raid triunfal sólo pudo ser frenado por su compatriota Eitel en las vallas y por el argentino David Lennart,  quien lo aventajó por 1 cm. en el "salto en alto sin impulso", una de las especialidades de aquel momento.

DORANDO PIETRI, EN BUENOS AIRES

Indudablemente, la participación de una figura internacional como era Dorando Pietri (foto), "el pastelero de Capri", fue la nota distintiva en estas celebraciones. Pietri había alcanzado la fama dos años antes, cuando se encaminaba al triunfo en el  maratón olímpico de Londres, justamente donde nació la distancia de 42.195 metros que permanece hasta nuestros días.

Oriundo de Mandrio di Coreggio, en la región de Reggio Emilia, Pietri fue protagonista de uno de los momentos más dramáticos en la historia olímpica. Ingresó primero al estadio, se encaminaba a la victoria en el maratón y, poco antes de la meta, comenzó su calvario. Desfalleciente, cayó cuatro veces. Las cuatro se recuperó, pero con ayuda de los jueces. Y momentos más tarde, ante el reclamo de los delegados estadounidenses, lo descalificaron.

Muy pocos podrán hoy recordar a quien se llevó la medalla de oro, John Hayes. Y todos a Pietri, convertido en el verdadero héroe de los Juegos y a quien la propia Reina de Inglaterra le entregó una Copa de Plata. Supo aprovechar su fama con giras promocionales bien redituables, sobre todo por Estados Unidos, donde ganó otros maratones en buena ley y se cobró revancha del propio Hayes, en una extenuante en el Madison Square Garden.

Este fue el Dorando Pietri que, en la plenitud de su fama, llegó hasta Buenos Aires. Sin testimonio alguno de que cuales fueron las tentaciones y beneficios (aunque seguramente nada tuvieron que ver con el "amateurismo puro" que tanto proclamaban los patricios de esa época).

La prueba de maratón, inaugurando estos Juegos "Olímpicos" del Centenario, se realizó sobre un circuito de tierra de 1.060 metros, en la Sociedad Sportiva. Y la crónica que podemos rescatar en el diario La Nación es elocuente, vibrante. Y crítica:

"La realización de la carrera atrajo al amplio anfiteatro una numerosa afluencia de espectadores, que aplaudió a cada uno de los competidores, cada vez que éstos realizaban un esfuerzo, tanto para distanciarse como para no dejarse pasar”.

 "Hubo que lamentar que la imprevisión de los organizadores fuese causa de que en sus últimos momentos la carrera se desarrollase en pésimas condiciones. Tras la lección, aún fresca, que pudo tomarse en la última Maratón realizada en el  Hipódromo de Belgrano, que por haber comenzado demasiado tarde fue preciso finalizarla de noche cerrada, amenguando la distancia, no se explica cómo ayer se esperó a las 2.40 de la tarde para dar la señal de partida”.

 "Tal error forzosamente trajo aparejadas las consecuencias que más tarde hubo que lamentar: haciéndose de noche, el servicio de contralores -bastante bien llevado mientras fue de día- así como la fiscalización de cada corredores no pudo proseguirse en las mismas condiciones. Y el público, que no lograba ver desde las tribunas, invadió la pista, dificultando realización de la prueba”...

El teniente Levene dio la orden de salida a los ocho competidores. Dos italianos: Dorando Pietri e Inocencio Bergamasco; los argentinos Manuel Giacchino y Aníbal Carraro, los españoles Antono Creuz y Miguel Soto, el uruguayo Andrés Lassenay y el  chileno Martiniano Becerra.

 La crónica fue de un triunfo de punta a punta para Pietri, de quien se conservan sus parciales: 16m43s para los 5 kilómetros (con Giacchino muy cerca), 32m18s para los 10 km (el argentino ya había quedado 120 metros atrás), 50m25s para los 15 km, 1h08m09s para los 20 km (los dos argentinos eran sus escoltas, pero a tres minutos). "Entre Carraro y Giacchino entablóse entonces una seria lucha por dejarse el uno al otro, sin que ninguno lo consiguiera, manteniéndose por su parte Creuz..."

Al paso de los 25 km, el héroe olímpico marcaba 1h26m35s, Carraro y Giacchino lo hacían en 1h30m08s, Creuz en 1h30m43s. "Tres minutos más tarde, Giacchino y Carraro fueron 'doblados' por Dorando, perdiendo ambos su primera vuelta. Ello desanimó mucho a Giacchino, quien al pasar por los 26,3 km. abandonó la carrera".

A la altura del kilómetro 30, Pietri estaba en 1h45m05s, Creuz estaba segundo, a cinco minutos. Y Carrara lo seguía a unos 200 metros. El italiano pasó los 35 km. en 2h05m30s. Y sólo quedaban en competencia cinco corredores (además de Giacchino, abandonaron Bergamasco y Lassenay).  "Dorando continuaba marchando en igual tren que al principio de la prueba, sin demostrar el mínimo cansancio. Por el contrario, sus rivales evidenciaban su fatiga y disminuían el tren, distanciándose aún más".

El final fue el apuntado, con la oscuridad sobre el campo atlético, el público saltando las vallas e invadiendo la pista. "Dorando llegó a la meta con su paso mesurado y gimnástico, y con su gran ventaja", continúa la descripción.

Pietri marcó 2h38m48s y 1/5. Creuz fue segundo en 2h44m56s, Carraro tercero con 2h54m09s, Becerra cuarto en 3h07m15s y Soto, quinto en 3h08m16s.

OTRAS ACTUACIONES DE PIETRI

En su libro “Orígenes del atletismo argentino”, Rubén Aguilera también describe otras actuaciones de Pietri en nuestro país:

Perdida en la noche de los tiempos se encuentra la segunda presencia de Dorando Pietri en Argentina. Fue el 28 de mayo de 1910 en el hipódromo de La Plata. Con la organización de la Sociedad Sportiva Argentina hubo una competencia de 20 kilómetros en la pista de arena de dos mil metros. El ganador fue Pietri (Italia) con un tiempo de 1h11:37, seguido de Antonio Creuz (ESP) 1h14:15, Cornejo (Chile) 1h16:35 4)Martiniano Becerra (Chile) 1h16:40 5) Carlos Lucioni (ARG) 1h16.45 6) Aníbal Carraro (ARG) 1h17:20, 7) Boggino 1h18.10 8) Servando Bacarese 1h18.35 9) Francisco Quarlieri (Italia) 1h18:43 y 10º ) Padula 1h19.00. Los 10 Kms los pasó el italiano en 35:15, las diez millas en 56:51. El Diario La Argentina del día 29 publicó: «La fama de Dorando continúa siendo excelente; su triunfo de ayer fue del hombre superior que no necesita forzarse para tomar ventaja de los demás competidores».

Pero esa no fue la última competencia de Pietri en Argentina el 10 de julio de 1910 en la cancha del Racing club se realizó un desafío entre el eximio italiano y los fondistas argentinos Antonio Ruano y Servando Bacarese sobre una distancia de 16 Km. Los argentinos correrían cada uno ocho Km. «La Argentina» comentó: «Fue el número más interesante de la tarde. Partieron Dorando y Ruano en un tren bastante fuerte, tratando siempre el campeón italiano de sacar la mayor distancia posible. Al llegar a las 26 vueltas que debía correr Ruano, Dorando llevaba tres vueltas (900m) de ventaja entrando Bacarese para seguir la carrera».

«Bacarese trató en todo momento de descontar la ventaja ganada por su contrincante pero este se mantuvo siempre en el tren violento del principio terminado las 52 vueltas de pista con la ventaja sacada al principio y corriendo la última vuelta en una forma admirable». La programación fue en honor de las fiestas Julias. El día 9 hubo un pequeño torneo de atletismo con pruebas de 100, 400, 800, alto y largo y un partido de fútbol entre Racing y Provincial de Rosario que termino 2 a 2. Al día siguiente jugaron el local y Universal de Montevideo venciendo el visitante por 2 a 1 y a continuación fue la presentación de Pietri.

Fuentes consultadas

- archivos FAM y diarios La Nación / Clarín / La Razón

- Aguilera, Rubén (“Orígenes del atletismo argentino)

- Fernández Moores, Ezequiel ("Breve Historia del Deporte Argentino")

- Lupo, Víctor ("Historia Política del Deporte argentino")

- Vinker, Luis (“Aventuras en las pistas”)

 

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